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- 189 ··- por donde desfogaee la activa eucendida llama de caridad que ardía en su pecho. Mira en ellos Admitió el siervo de Dios este ejercicfoal mismo Cris· con espiritual consuelo de rn alma, yto. · con el miemo lo ejercitó perfectísima- mente, siniendo á Dios en sus herma- nos, limpiandolos, aseándolos y minis- trándoles todo lo necesario á su conve- niencia, ccn prontitud santa, y tanta fi. delidad, como si en cada uno de los en- fermos mirara con los ojos corporales al mis::no Jesucristo, por cuyo flmor lo ha- cía. La primera vez que fué Guardián nombró á un religioso solamente para que guisase la comida.de los que se ha- . llaban en la enfermería; y se reservó para si el nombre y realidad de enfer– mero. Para cumplir con todo; solía le– van:arse ce madrugada, hada su ora– ción, decía misa, se iba á visitar la en– fermería, y entrando en las celdas, líls barría, hacía las camas, y mirjstraba por suE manos á unos las medicinas y á otros el desayuno; y si alguno se hallaba ina– petente, co,,a muy común á los enfermos, procuraba se le hiciesen manjares que de1:pertasen el apetito. (P. Cord. Crón. de Gran. 168.) Era nat-.iralmcnte colérico y por lo tanto fácil á irritan,e, pero pudo en él tanto la repetición de, actos de venci- . . miento y el contínuo ejercicio de su pa- Su paciencia, ciencia, que llegó á refrenar aún los pri- meros é instintivos movimientos de la ira, por lo que jamás lo vieron alterado. (Id. 159,)

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