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- 184 - ~~-&.~~~ del apostólico varón y fervorosísimo re- su noviciado. ligioso, Fray Gregorio de Va[encia, que á la sa;,;ón era maestro de novicios, co– menzó, tanto con el admirable ejemplo y doctrina de sn maestro, como con las virtudes que ya tenía arraigadas, á correr por el camino de la evangélica perfec– ción con tal fervor, que á los primeros pas')S de su carrera ¡:>arecía haber ya llegado al fin de ella. Como Fray Miguel era hombre de madura edad, docilidad grande y claro entendimiento, cuando tomó nuestro santo hábito, y como tenía ya 'bastante desengafio de las vanida<les del mundo, prosigió despreciándolo de modo, que se declaró capital enemigo su– yo; y como el mundo para .hacernos guerra está confederado con la carne, le pareció al fervoroso varón que para llegar á conseguir del mundo triunfo perfecto, era preciso vencer también los apetitos de la carne, y así la mortificaba con asperísimas penitencias. Todos los manuscritos de los padres, que lo conocieron y trataron en los afios primeros de la Religión dicen cosas ad– mirables de su rignrosísima penitencia; y el P. Fray Antonio de Alicante, en un escrito que dejó con algunas apuntacio– nes de eE<te Venerable Religioso, afirma que ansiaba tanto hacer .penit@cia y . mortificar su cuerpo, que no contento Su nmtcr,dad.con las austeridades y mortificaciones' que sigue la Comunidad, ni con las que su maestro particularmente le daba, co– mó es costumbre entre nosotros, hacía