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- 182 - <,':-.:S.-.:S.-.:S.--:S.:S.-.:S.~.:S.-.:...3 En esta congregación se ejercitó el su cari tad nuevo soldado de la milicia de Dios en con los e:.,er- todas las virtudes, especialmente en la mos. :iumildad para consigo, y ,en la caridad para con sus prógimos, pues, si con esta asistía á los enfermos en darles de co– mer, en hacerles las camas, en limpiar– les los vasos inmundos, y en todo cuan– to podía; con aquella se abatía basta lo más profundo de su nada, juzgándose por siervo inútil, deseando ser de todos despreciado, y anhelando su humilde corazón conseguir los mayores opro– bios por amor de Dios. De este modo corría nuestro humildí– simo Religioso por el campo de las vir– tudes todas, cuando pasó á Valencia, donde vió á los Capuchinos y deseó imi– tarlos, porque la austeridad del hábi– to, la seriedad del aspecto, la modestia de los ojos y admirable compostura de todo el hombre exterior, le arrebataron la voluntad, y entrándole por los ojos aquel dulce atractivo ó imán poderoso que tiene la virtud, le robó el afecto y determinó (si fuese posible) ttgregarse á aquel género de vida. que alcanzaba á conocer en los Capuchinos. Investigó su instituto y su modo de vivir, y habién– dolo conocido, le pareció admirable pa– ra despreciar el mundo con sus vanida– des y buscará Dios, que era el único Des.ea ser ca·blanco de su voluntad. puch1no. . V A impulsos de este fervor pasó á a- lencia á comunicar los arcanos de su co– razón con el M. R. P. Fr. Serafín de Po-