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- 171 - (,;-.:.S,,.:.S,,,S:<& S:-.:.S.-S:-.:.S.-~~~~:___:} só á los puertos, y Eitios por donde ha- bían de pasar, para que les comunicaran El c'!stodio lo determinado por su Beatitud· por cu-ª 0 ªª sti11 ª y{,, , á Roma, · ya razón todos retro~edieron. Sólo el R. P. Frav Francisco de Vera, Custodio de !a Provincia de Cas:iila, fué el que no tuvo este aviso; y así, ignoran<lo lo que su Santidad había mandado, llegó al Convento de Roma. Mucho sintió este lance, viendo que para nada le habían servido sus inexplicables trabajos y fa- tigas en un tan dilatado camino; pero después vió que no le fué qel todo inú- til haber entrado en Roma. Como por muerte de N. Rmo. P. Ge– neral se le remitieron todos los papeles de este al Rmo. P. Fray Jerónimo de Narni, Definidor primero, entre ellos se hallaron algunos que contenían las que– jas que, como dejamos dicho arriba, le esGribieron á N. Rtno. P. General Fray Juan María de Notc algunos celosos in– discretos de la Cust0dia; y como no te– nía :-:r. Rmo. P. Narni el conocimiento que era necesario, así de los acusadores como de los acusad)s, formó juicio de que necesitaba la Custodia que viniese otro Comisaxio á gobernarla y á conte– net' los excesos de que siniestramente acusaban sus émulos al santo Comisa– rio Fray Agustín de Granada. Para este efecto, hallándose en Roma el dicho R. P. Fray Francisco de Vera, Custodio de CastiLa, pareció acertada .L. 0 nombran 'd . l 1,. l C . G V1S1tador. prov1 encrn e nomurar o omisano e- neral, suspendiendo de este empleo á N.

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