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- 168 - Poco tiempo estuvieron h, religiosos Estrechez con en la residencia interina de la Coronada, que vivían. porque en el mismo afío se pasó á don– de se hizo el convento definitivamente. Este nuevo lugar era harto incómodo, y en él padecieron mucho los religiosos con la estrechez del sitio, pues por no te– ner lo necesario para fabricar el conven– to, vivían en una pobrísima estancia. Allí pasaron los religiosos mucho tiem– po contentos con su pobreza, hasta que el año 1 G63 ofreció Gil Ugarte, vecino de la ciudad de Sevilla, tres mil ducados para ayuda de la fábrica, con tal que por Convento de- el término de su vida le diesen el título finitivo. <le Patrón. Ac,eptó esta propuesta la Pro– vincia, diole el Patronato, y él entregó la dicha cantidad, con la cual se concluyó el convento; y finalizada la Iglesia, se dedicó al glorioso San Antonio de Pá– dua, el 15 de Enero del afío de 1673. Quedó el Convento muy hermoso y alegre, aunque pequeño; pero bastante para la familia que de ordinario lo ha– bitaba, con una huerta capaz, hermosa y muy poblada así de árboles frutales como de hortalizas. E2te convento no existe en la actuali– dad: según nos han escrito de Vélez, Su d~ st rución fué destruido por los terremotos de 1884 y ruina. y en su lugar se ha levantado después una fábrica de hilado.

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