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- 146 -– c;-:-~~~.:s:-.:s:-~ blante afable y cariñoso le dijo: ¿Cuál Le ofrece dos de estas dos coronas quieres? Escoje de · coronas. las dos la que más te agrade. Quedó nuestro Fray Blas á vista de tan singu - lar favor absorto; pero· dándole aliento la misma soberana Reyna, respondió: Señora y Madre mía; de la una y de la otra soy indignísimo; pero, pues tu dig– nación se inclina á favorecerme, me se– rá á mí bastante el que tu intercesión impetre de tu santísimo Hijo, á quien tanto he ofendido, el perdón de mis pe– cados. A esta tan humilde súplica le res– pondió la Sefí.ora. Conseguirás lo que pi des, y también en el cielo estas dos co– ronas; y dicho esto desapareció, dejando á su siervo lleno de celestial gozo. Había en poco tiempo adelantarlo Le i:isegura elmucho en el camino de la ped'ección, y perdon de susl ll , d l , . . pecados. ia an ose ya cercano 3 termmo, qm- so confortarlo el Señor de la manera di– cha para que pudiese resistir lo que le restaba que padecer.