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CAPI'l'ULO XX De la oración de Fraw Martín V CO!TIO procuraba estorbérsela el demonio N o hubiera llegado nuestro héroe á tan alta perfección, si se hubiera descuidado en la práctica de la oración Sus.hor:1s de < • madltac1ón mental, madre y maestra de las virtudes todas. Era él tan aficionado á orar que andaba en oración todo el día, y se reco- gía y oraba lo mismo en la huerta que en la celda, y de igual modo en la porte- ría que en la Iglesia; pero de un modo especial oraba ante el sagrario, el cual le atraía como el imán al aceré): allí acu- día cuando los religiosos se retiraban á descansar de noche, y alli pasaba des- de :;:u principio hasta maitini'ls, orando delante del Santísimo Sacramento. Otras veces trocaba las horas y habiendo to- mado un corto suefio á primera noche, desde el toque de maitines se estaba en la Iglesia hasta la mafiana que oía mi- sa, y después se iba al ejercicio en que la obediencia lo tE1,nía ocupad:). No esta- ba el enemigo de nuestras almas muy conforme con esta oración de Fr. Mar- Oom6 se por- í 1 1 b · b, 1 taba en ellas. t n, por o cua procura· a estor arse a de mil maneras á cual más infernal y diabólica. Es de fé que el demonio anda á