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- 117 - ~~~.:S:-~-S:@..::S.,~ mildad por justos y buenos .os venera- ba, porque miraba á cada uno como -venera á los imágen de Dios, y hechma ce sus ma- Sacerdotes. nos. Esta v,=meración la especificaba más con los sacerdotes, á quienes les tuvo siempre tanto respeto, que nu::ica se atre- v.íó á sentarse delante qe algu::10, aunque este fuese mozo, y él de edad muy ere- cida. Mirábalos no como á hDmbres, si- no como al mismo Jesucristo, cuyos mi- nistros son en la tierra. Consideraba que María Santísima nuestra Sefiora les tuvo á los sacerdotes reverencia tanta, que les hablaba hincada de rodillas. Se acor- daba tamb:én de aquellas palabras del Espíritu Srnto que dicen: Honra á Dios con toda tu alma y honra á sus Sacer- dotes. Y er. otra parte: Humi:la tu alma al Presbítero; y así era tanta la venera- ción, tanto el respeto y tanta la humilla- c:ón con cue trataba á los Sacerdotes, que apenas se atrevía á hablar en su pre- sencia, ni aún se acercaba mucho á ellos, porque se juzgaba indigno de in- mediación tan sagrada; acusando con es- to la atrevida imprudencia :le muchos, que no só~o no los veneran, sino que también les ultrajan, y quieren ser ser- vidos de ellos. Oh como deben temer éstos el castigo de Dios! Ller:.as están las historias sagradas y profanas de enor- mes castigos que ha ejecutado la justi- cia de Dios, en aquellos que han faltado Es Modelo de al respeto :lebido á los Sacerdotes. Te- virtudes. ruan, pnes, los menospreciadores del Sa- cerdocio; y si no los mueve á la más ren-

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