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- 86 - enfermo y asisfa· al moribundo en sus postreros instantes; corría en busca de lf– oveja perdida, la sacaba de entre los zarzaies y n:ialezas del pecado, curaba su;:; heridas y la fortaleda con el bálsam0 suavísimo de la caridad, hasta conducirl9. al aprisco del divino 'Pastor; con sus plt- Su amor á los . l t . b l , pecadores. ticas y ex :ior ac10nes aumenta a e esp:- ritu religioso y observancia regular e:::i los monasterios, consiguiendo ópimo3 frubs de virtud y perfección: fué incan- sable en difundir el culto y devoción á la Virgen Santísima; llevado de su amc•r á la Eucaristía introdujo en España la costumbre de dar principio á los l!ler- mones por este devoto acto d.e alabanza: Sea bendito y alabado el Santísimo Sacra– mento del, Altar; también propagó de modo admi:·able lo hermosa práctica de expm;ier en lás iglesias á Jesús Sacra– memado durante el Carnaval, en desagra– vio de las muchas ofensas que en esos días recibe •~l Señor. En el pueblo donde él pre~licaba es:e triduo no tenían lugar las fiestas de ~a locura y el. libertinaje: terminado en ~a iglet:ia el piadoso ejercicio de :a tarde, formaba una procesión de nifios que G recorrían las calles, cantando la Doctrina h~~7~·!1 qc~1~ Oris~iana, yendo delante con la cruz el naval. varón de Dios, diciendo á los grupos que · encontraba al paso: «Los que son ¿Bl bando dt:i Cr5sto sigan esta bandera." A tan ingenirn,a invitación todo el pueblo obedecía, acompafiando á la inocente comitiva hasta las puertas del templo en B