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- 32 - ha.oía podido alcamar D. Jerénimo, se halló este eri el empe~1o de ·:nostrarse ~,;,mtr~~~i~~ Caballero. Eralo er:i la realidad, y así lo labra. manifestaron sus obras, pues restituido á su ciudad, dicen los manuscritos anti- guos de esta Provincia, que entra:::ido di- cho D. Jerónimo er. su Cabildo, hizo re- lación ante aquel Iltmo. Senado, :le la fineza que debía al P. Fr. Severo, pane- girizando lo rígido de nuestro Instituto, declarando la común a0eptación en que nuestra Religión e~taba con todos los príncipes Católicos: y concluyo c:::>::1 de- cir que podía llama:se dichosa la c:udad en cuyo seno habfa convento nu:istro. Fueron tan eficaces las palabras de don Jerónimo, que uniformes todos aquellos ilmtres munícipes decretaron 0scribir al RYmo. P. Comisari,) General Fr. Sera- fin de Policio, supl:cá11dole se sirviese enviará Anteqnera al V. P. Fr. S-::Jvero de Lucena, para tratar de la fundación de un conYen/o de nuestro OrdEr. allí, la que con instancia pedían se dignase admitir, quedando á cargo de la misma ciudad solicitar para di'.:ba fur:da::ión la licencia del Rey y la del señor Obispo de Málaga, á cuya jurisdicción p':dene- ce la Ciudad, con le cual queé.aron ori- lladas las primeras difi::mlt11des qi.::e en P í ,1 es e fo1•- . . malmente l,i, toda fundación si.::ele~1 ofrecerse (Id. tund,i,ción. N.º 46 y 4\:1.) .

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