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~- 31 - &.~~~&.&. do, tanto clel Daque de Lerma, que era Ambos van primer Ministro como del mismo Rey al Duque ele . ' . Lerrsrn. Fehpe III. Comumcó á su hermano, el empeño en que se hallaba, y el interés que á los Capuchinos se le seguía de conseguirlo, pues se les ofrecía un nue– vo convento. Controvirtieron entre los dos el asunto, y convinieron en ir jun– tos á hablar al Duque de Lerma, lo que sin demora ejecutaron. Oyólos este, y co– mo ya con el Patronato del convento de S. Antonio, que el Rey le regaló, (aunque lo había su Majestad hecho á sus ex– pensas), se había d<➔clarado por nuestro Protector en todo; así que oyó la oferta hecha por D. Jerónimo, ordenó que E:Jste fuese con el P. Severo, para hablarle al ~• t e les f~ci- Rey sobre el asunto y él intervendría lita anchen- ' ' cia o o 11 e 1 para que su Majestad dispensase por Rey. aquella vez, lo mandado por el antece- dente Decreto, y le concediese á dicho D. Jerónimo, lo que tanto deseaba. Fue– ron en efecto á besar la mano al Rey, ti. qui@ el P. Fr. Severo hizo presente el motivo que los llevaba á su presencia con tan modestas y persuasivas voces, que aunque el Duque no las hubiera esforzado, corno lo hizo con empeño, hubiera conseguido igual despacho; por– que como su Majestad nos amaba de verdad, ant<=lpuso á la observancia de sus reales órdenes nuestras utilidades, concediendo cuanto se le había suplica– do. (Id. N. 0 45.) Se obtie_ne lo Conseguido por el v. P. Fr. Severo, pretenclido. l d 1 . . d o que á costa e tantas so 1C1tu es no