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- ~4 - ~.:.S:--:.5:-.:.S:-~.:.~ nuestra sagrada Reforma para exten- derse por ;,¡ mundo y llegar á Espa- pios nos di\, v ~ 1ncre mento. :ña, del modo que se dirá en el capitulo siguiente. CAPI'l'ULO IV. Veniclo ele· los Capucl1inos á España !J primeras f'Llndaciones. UAND0 EEpaüa ·estaba eu el apoaeo Gran~eza de . n . Espana en el de su gloria, y sus reyes p-,tentís1- siglo xvr. mos se firmaban con verdad, :~ey de Casti- lla, de Aragón, de Nápoles, de Sicilia, de Córcega, de Cerdeña, de JJfilán etc., en- tonces la Italia era :!orno una inme~1sa co- lonia espaüola, á la cual iban y venían nuestros mayores, como á casa propia. Esta comnnicaciór:. continua hacia que fueran conocidísi:nas en Es pafia las cosas de lti:Jia, y cuela fama las exten • diera por teda la Península con mucha velocidad. Por esta causa s6 conoció aquí antes que en muchas otras partes á los Religiorns Capuchinos que allí habían rebrrnadc la Orden Seráfica, restituyénd)la á su forvor primi~ivo. re- 0 f d 11 l . l . S · omo ueron novan o en e a. e espín tu , e. anto conocidos en P t · d.:. A ~' 1 · d fi d ella los O1t– a rJarca .., rl.l:ilS, y 18Cien O orecer e puchinos.