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H A cortar de raíz estas polémicas y re– mediar las tristes consecuencias que Triunfo de.la traían consigo, acudió solícito el Papa Observancrn. X . , d l ~ C , León , reumen o os á touos en ap1• tulo general, que se celebró en Roma por la fiestu de Pentecostés del afio 1617, en el cual se eligió por mandato de Su S1-111tidad, en Ministro General á un Re– ligioso de la Obl5ervancia, á quien se le entregaron los sellos de la Orden, como signo de suprema autoridad, quedando separados los conventuales y los obser– vantes, formando dos familias distintas, cada una con su General y Superiores propios, determinando el Papa que la familia de la Observancia llamara á sus Bnla de la prelados Ministros (General ó Provin– Union. cial) y la de· los conventuales Maestros en vez de Ministros. Con este fin el citado Pontífice publicó, con fecha 29 de Mayo del mismo afio 1517, su célebre Bula llamada de la Unión, mandandc, que todos los religiosos reformados, cual– quiera que fuese su nombre, prescindie– sen de él en adelante, y se llamaran sola– mente, ji·ailes menores ó de la regular observancia y vivieran sometidos al Mi– nistro General de la misma. Así quedó dividida la primera Orden seráfica en dos ramas distintas y sepa– radas eutre sí, hasta que brotó vigorosa s.epnra e i ó n y lozaua del mismo tronco la rama ter- de las ,los rtt· , , Ü . mns. cera qur. fue nuestra reforma upuch1na como veremos en otro capítulo.

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