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- 272 - G";-:&.-:&.-:&.:S:--:&.-:&.:S:--:&.-:&..:,s;.:s.,-:&.'-5> pre acertadas y admitidas con universal aprecio y veneracic,n. Y á la v0rdad, siempre se encamim,ban á la n1ayor glo- Sus virt1;1des . d D' ·¡·¿ d d l p . . como prela• ria e 10s, ut1 1 a e a rovrncia, y do. · aprovechamiento espiritual y temporal de los Religiosos, qr:e sin dejar de amar- le le temian, y tern:éndole le amaban; que es todo lo que de los súbditos pue- de conseguir el Prebdo. Resplandeció con singularidad en la mansedumbre y paciencia. No conoció la cólera, tan clu0ño siempre de sus pa– siones que sin padecer el menor desór– den en ellas, las usaba según lo 1,,edían los accidentes que ocurrían en el gobier– no. Estos influyeron con eficacia para que la Provincia de Valencia se valiese Viene á fnn• de su persona en ur len á la fundación d!1r la provin . -' c,a Oastelobé- de la ele Castilla. Entro con es'. e fin en tica. la Corte, donde cont.i.nuando el ejEroicio de las virtudes, en que nunca pudieron · entibiarle las ocupaciones antecedentes, se <lió muy :uego á conocer, así dentro como fuera de casa, por sujeto en quien había depositado Dios 1D rgos y copiosos dones del Cielo. Tenía singular grucia en hablar de materias espirituales, por lo cual fué llamado de la Señora v venera· ble Infanta Sor Margarita de· 1a Cruz, Religiosa en el Real Convento de Des- calzas ll'ranciscas, cuyas raras virtudes dieron tanto ejemplo, como admiración á la Cristiandad. Desde la primera vez Su amistad , t ~ 1 • l D' ¡ con la Infan• que oyo es a Eenora a siervo C e 108, e ta Margaritá quedó tan aficionada, que fueron mu- chas las que después lo solicitó, .confe-

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