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- 261 - ~~~~ t Jesús, María, Francisco. Anoche recibí la de V. Md. de siete Carta segun- del presente, con el alegre aviso de su da. salud. que goce por largos afios, con el aumento de bienes espirituales y tempo– rales que éste su verdadero Capellán le desea. Quisiera tener más lugar para hacer esto de mi mano, y dar á entender á V. Md. alguna partecilla de lo mucho que hay que decir de la dichosa muerte de nuestro santo Prelado, que cuando no supieramos más de lo que cada día va creciendo en esta Ciudad la devoción que en vida le tenían, era l,nsta11te indí– cio de su salvación, de más de otras cosas que nos hacen muy gran fuerza para creer que estú gozando de su Divina Ma– gestad, con aventajadísima lumbre de gloria, y las principales son las muchas y heróicas virtudes que en vida tenía y la voluntad y afecto con que se ofreció á la muerte por hncer la voluntad de Dios, y la mucha paz con que dejó se– gunda vez este miserable mucdo; además, de que cuatr,) días antes que muriese me comunicó una cosa que yo comuniqué después de su muerte con gente muy docta; y fué qué, temiendo la naturaleza M_anif_e st "- la cuenta que ti la muerte sio·lle me diJ 0 0 e 1 6 n 1mpor- b ' tante. con mucho secreto había visto una luz sobre toda luz, .v oíüo una voz que en medio de sus temores le decía: no temas que Sérás salvo, y otras cosas que me