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- 256 '-– G""-:-:S:~.:s:-.:s:-;s:-.:s:-.:s:-~ desconso.lada la devoción de muchos que no pudieron ,mtrar en la Iglesia donde estf1ba expuesto el cadáver, sa.carle en Esllev!J,d 0 en . . procesión. procesión po::' fuera de la mudad, reso- JJando alegres gemidos y tristes alegrías de los que p& una parte se gozaban en tan dichoso tránsito, y por otra lloraban la pérdida de varón tan esclarecido. Concurrieron las Comunidades todas á hacerlfl cada una sus particulares exe– quias; pero la del P. San Agustín fué la que hizo el entierro; y á una voz todos lo llamaban 31 santo. Después de su muerte, ha ob:::·ado el Señor muy particu– lares misericordias y maravillosos efec- tos con los devotos de este santo varón sus exequias. en sus diversa;:¡ aflicciones y trabajos, por haber invocad) su patrocinio. En espe- cial le han experimentado muchas perso- nas que estal::an privadas del uso del oído, pues con s6lo aplicará él alguna re- liquia del sien-o de Dios, quedaron libres de] daño que :padecían. Poco tiempo después de su muerte, empezaron á verse cumplidas las proféti– cas palabras que el V. P. Fr. Severo dijo á Don Juan del Castillo y Padilla. cuando . le pidió que permitiese se continuase la obra de nuestro convento, como queda re– ferido en el capítulo VI de esta historia; pues, Don Alcn,so del Castill'◊ y Guzmán, hiJ'o de Don Ju1n y de Doña Constanza se cumpjen , . · .,.. sus profeo1as. de Guzmán, Siendo de edad de 16 años, y dando libelo de reJJudio al mundo en 12 de Julio de eEte año, tomó el hábito de mano del P. F::. Arcángel de Manzana-

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