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- 254- los grandes, para las fundaciones de las Provincias Capuchinas de Valencia, Cas- tilla y Andalucía Quebrantado con sus Su últim.a en· · . • fermedttd. muchos trabajos y ásperás penitencias, llegó al térmbo de su carrera temporal en el convent,) de Antequera, donde mu- chos afíos antes había profetizado que moriría. · Durante su última enfermedad fué confortado con s:ngularísimos favores del Cielo, y cuatro días antes de su di– choso tránsitc se le manifestó una luz . refulgentísima, cuya vista lo llenó de celestial alegria, y mucha m&.s los ecos de una voz que s&.lía de ella y le dijo: N'o temas, qoo serás salvo; y al mismo tiempo se le manifestaron cosas que no Recibe tavo- , 1 - • res celest1a- habia facuitaces en capacidad mortal pa- les. ra explicarlas. Asi lo dijo antes de morir al R. P. Fr, Hermenegildo de Montblanc, su confesor, e ue era Lector entonces en este convento~ y después definidor de la Provincia de !Jataluña, hombre de gran virtud y de muchas letras, como lo tes– tifica el Iltrrw. y Rmo. Sr. D. Antonio de Biedma, Obfapo de Almería, que es quien refiere este caso en la información que hizo para la beatificación de~ varón de Dios·. Certificado, pueE, nuestro enfermo de su eterna felicidad, ya no sentía las fa– tigas del accidente que le molestaba; só- lo sí, todo el tiempo que se le difería el su ,ans_ia de d l . d d. ver ,t Dros. gozar e a vista e su ama o, estuvo en la realidad padecie::ido el más duro mar- tirio. Venían muchas personas de la no- 34