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- 239 - como los bárbaros del siglo XIX des– truyeron nuestro. archivo y la crónica manuscrita del P. (lórdoba, también nos hallamos sin esta y sin los papeles anti– guos, por lo cual no podemos acudir pa– ra escribir esta vida más que á la cróni– ca general, y al citado cumpendio del P. Córdobu. Sus padres. 8egún dice este cronista, los padres del V. Severo, se llamaron D. Andrés Martín de Tobar y D.ª María Fernandez, natural ésta última de Talavera, y am– bos de exclarecido linaje. Criaron al ni– fío en el santo temor de Uios. y salió tan inclinado á la virtud, que muy joven dejó el mundo y tomó el hábito Capu– chino en Barcelona. Una vez profeso, dió tales ejemplos de virtud que los prelados lo escogieron en compañía rle otros Padres para fun– dar la Provincia (1e Valencia, de donde pasó luego ü fundar la de Casti'la y An– dalucía. Tenía para esto don especial del cielo, originado del resplandor de sus heróicas virtU<fos, de su exterior modes– to y de su hermosura :l:ísica, realzada por la compostura religiosa de sns modales, su juventud y la afabilidad rt:spetuosa de su trato, religiosa. con la cual se captaba las voluntades y subyugaba el ,í.nirno de cuantos le ha– bhlb:m. Con esto consiguió aceptación univer– sal con todo género de personas, l:'ingu– larmente cob las 11e calidad más 1·xcelsa, que seguían su dictamen y abrnzaban sus resoluciones, venerándolas como orácu·