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- 233 - No fué el Nuncio de Su Santidad en El Nuncio pi Madrid él menos interesado en la solu– de á Nuestro Padre Pro - ción de est.is cuestiones, y como era vincial dicta- l • d p 'p • • l men por es grane e amigo e nuestro . rovmcw. y crito s O b. 1 : 0 conocedor ele f--U ciencia y de sus méri– ln pretens1on ,lel Príncipe. tos le mandó su:-penrler su marcha hasta que le diese por escrito su dictámen en aquella materia. Obedeció gustoso el R, P. Provincial tan superior mandato, y entonces escribió un memorial, tesoro de el'Udición que se dió á la estampa en el que con eficaces y evidentes razones políticas hace ver que no era aquel casa– miento conveniente. Con singular com– placencia reeibió el Sr. Nuncio el mem<l– rial, quedando gustoso al ver no sola– mente la solidéz de loe argumentos que empleaba, sino también la precisión y re– s.olución con que los exponía, sin respe– tos humanos ni vanos temores. Despi– dióse el R. P. Provincial del Sr. Nuncio, y este le encargó abreviase cuanto pu– diese su viaje, por cuyo motivo no quiso el R. P. Provincial visitar por entonces los Conventos de Castilla; y así se enca– minó á hacer la visita de los de Anda– lucía. Fué aquel invierno rigurosísimo de fríos, nieves, aguas y hielos, lo que sólo bastaba para· hacer molestísimo el viaje, ~y m{Js para nuestra desnudez y modo ele caminar que entonces había; y Visita el Pro- como á eso se :igregaron las desmedidas ;f,;>:,ialla Bé- distancias; (]Ue hay desde Madrid á An– . dújar, y desde aquí hasta Malaga y Gra– nada que era donde teníamos los últimos Conventos; y también lo retirado que es-

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