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Sus paclres. Su niñez. Toma el há– bito. ' ' ' ' ' '"' ' ' ' ' ' ************** CAPITULO XXX Vida del V. P. Fr. José ele Linares Acró este ínclito varón en Linares, ciudad ilustre del niino de Jaén; fueron sus padres de familia noble, y, aunque no hubieran gozado de esta pre– rogativa, bastaba para ilustrarlos haber dado al mundo un hijo tan esclarecido en virtud, Nada nos dicen los historiadores de la infancia ni de la adolescencia de este in– sie;ne religioso, y solo sabemos por las crónicas antiguas que renunció un cuan– tioso patrimonio, y olvidándose de su nobleza determinó desde su primera ju– ventud consagrarse á Dios en nuestra orden seráfica, en la que llegó á tan alta santidad, que apenas podían los demás religiosos fijarse en él, sin levantar de seguida los ojos al cielo, para bendecir á Dios, que tan de lleno resplandecía en la vida de su siervo. Vistió el hábito religioso en la Provin-• cía de Valencia, y siendo aun corista fué enviado á la fundación de Madrid,

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