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-7- ~~.:.s:,.:,s.. ésta ilustre Santa la primera que vistió el hábito de ella, bajo la dirección del seráfico Patriarca. No satisfecho aun el deseo <1ue tenía Funda la v. de salvar á todo el mundo, ideó Fran– o. Tercera. cisco su Tercera Orden de Penitencia paia los que viven en el siglo al cuida– do de su familia; y para ellos escribió una tercera Regla, aprobada y elogiada por muchos sumos pontífices, especialmente por el sapientísimo León XIII de feliz memoria que la reformó en nuestros días, dedicándola preferente atención en varias letras Apostólicas, y de un modo particular en la Constitución Misericors Dei Fili,us, de 30 de Mayo de 1883. De modo que fueron tres ias Reglas que escribió y tres las Ordenes que fundó N. S. P. S. Francisco: la l.ª que llamó de Frailes Menores; la 2.ª que se llamó de Clarisas; y la 3.ª que se ha llamado siempre por antonomasia Venerable Or-- La primera den Tercera ele Penitencia· y desde lue- .es sostén de ' las otras dos. go se comprende que el alma y el sos- tén de las dos últimas habfa de ser en todo tiempo la Orden primera. Doce afios cumplidos habían transcu– rrido desde que nuestro seráfico Padre escribió su regla para la primera Orden, y los religiosos venían observándola con fervorosa exactitud; mas como el hom– bfo enemigo no cAsa de sembrar cizaña en medio del buen trigo, hubo entre los Au st er i é!, ª d discípulos del Santo algunos que lleva- de la prime- ' ra Regla. dos del espíritu mundano, que es espíri- tu de comodidad, empezaron á lanzar