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-177 - ojos en la puerta de la celda y con voz perceptible y llena de júbilo iba contan– do de esta suerte: uno, dos. tres etc.: lo L e visitan · ' ' F ]) t ¡ '' · t los ,mgeles. que 1nov10 a 'r. :,ar o orne a. pregun ar- le: Hermano, ¿11ué vé su caridad? Y el novicio radiante de gozo exclamó: Espí– ritus celestiales que vienen por mí; y diciendo esto dejó de hablar y entreg6 su alma en manos del Señor, quedando su cuerpo tan hermoso, qcie su vista causaba especial júbilo á quien lo mira– ba, 0n vez de ese horror instintivo que suele causar un cadáver. Falleció en el convento de Granada en Julio c1el año mil seiscientos diez y nue– ve. Ningún eronista precisa el día de Ju– Muere en Ju lío de l(il H en c¡ue murió este afortuna– lio de 1619. do novicio; pero bien pudo sn el día mismo de aquel mes y año eu que mo– ría en Lisboa nuestro ínclito General San Lorenzo de Brindis, que, corno es sabido, siendo Embajador en la corte del Rey de Espafía Felipe III, que a la sa– zón se hallaba en Lisboa, entregó su es– píritu nl Sz;fíor en aquella capital portu– guesa el 22 de Julio de mm, y foé su cuerpo traslarlado á Villafranca del Vier– zo, donde se conservan con mucha ve- M;1rió en ;os neración: lo q ne recordamos aquí como nusmos ,lrns t ·¡ 1 • d . , l S. Lorenzo de I'l)Uto úe grn lJtU a este Ydl'Ol1 exce SO, Bri nd is. á cuyos trabajos se debió la fundación de la provincia Castelo-Bética. De nuesho Fray Jerónimo, tenemos que añadir que su fama de inocencia y santida foé muy general entre los nues– tros, tanto que, cuadros antiguos que

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