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3.ª a firma• ción falsa. Otro yerro. -169 - ~.:s:-.:s:-.:s:-~~ liar, ya por oídas, que vivieron y aca– baron con fama común de santidad, ex– presa lo que supo de la muerte de su hermano Fr. Bernardino, como testigo ocular, cuya carta se conserva en el ar– chivo de las crónicas. (P. Cord. Cron. de Gran. 90. lit.) En tercer lugar se supone y afirma en dicho párrafo, que Fr. Bernardino su– po por revelación divina que su herma– no había vestido el hábito nuestro en un convento de Castilla, y sin dilación al– guna pasó á estar con su madre, afligida por haberlefaltado carta del hijo, y conso– lándola, le declaró como era ya capuchi– no, etc.; todo lo cual es pura invención y no hay en ello palabra de verdad, pues como se ha dicho en el Capítulo XXIII Fr. Bartolomé tomó el hábito en Grana– da, asistiendo á la ceremonia su madre, y su hermano Bernardino que ya era profeso; y la revelación que éste tuvo y comunicó á su madre en tono profético el día que profesó, no fué de que Fer– nando era ya Capuchino, sino de que lo sería, como dijimos en su lugar. En el párrafo 48 de dicho lib. 7.º se da también á entender, que Fr. Martín de Sevilla á quien Fr. Bernardino ase– guró había de morir el dfa de San Juan, era sacerdote, pues lo nombran Padre Fr. Martín; y no lo fué, sino religioso lego; porque además de expresarlo así Fr. Bartolomé en su citada carta, no se halla que hubiese habido entonces en la Provincia algún Fr. Martín de Sevilla,

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