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- 162 - santos documentos y exhortaciones ra– dicar en su corazón los más fervorosos afectos á los adelantamientos de su alma, haciendo memoria de lo breve y tran- sitori0 que son los plaeeres de la vida Con~ejos que ,l d . . d, le dió. y que so o e:)emos aspirar por me 10 de la mortifice.ción y penitencia á con– seguir lo que nos tiene Dios prometidos en la vida eterna. (Id. 306.) Quince días antes de morir, llegó tam- bién del todo á perder· la vista; y pare- ciéndole a Fr. Bartolomé que sería ,iquel uno de los más vivos sentimientos que tendría, le preguntó si sentía mucho el no ver; á lo que el siervo de Dios le res- pondi~:d0jal1á quhe ebl Se~or me h~b~edra ~;;'t!ªdeci~ 0 ~ concem o e no a er vISto en m1 v1 a. rir. Con cuya respuesta quedó lleno de ad- miración su buen hermano Fr. Bartolo- mé. Con esta resignación portentosa se fué purificando en esta vida y acercándo- se al término de su temporal carrera cuyo fin le reveló Dios, como él se lo tenía pedido. Que también le concedió el Sefior esta tercera pbtición que le hizo, manifel:ltán- .dole la hora de la muerte, antes que llegase, rué público; pues, ocho días antes de que falleciese, l'.egó á visitarlo Fr. Martín de Sevilla, religioso lego; y al ver tan lastimoso espectáculo, le dijo: Xf~i"t: !; Fr. Bernardino, ¿cuándo se acabará tan- muerte. to padecer? A lo. que contestó el enfermo; el día de San Juan en que he de morir. Al oir aquel religioso estas palabras, como le veneraban tódm por justo, se