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- 158 -·- nido á enseñar su hijo, Jesucristo Dics y hombre ve1·dadero. Quedó Fátima con tan soberana visita llena de un tan i::ie– fable júbilo y afecto á la religión católica, que al punto r::e resolvió á deter::tar sus errores y recibir el bautismo. Venida la Dafiana refirió á sus amos lo que aquella noche le había sucec.i::lo, JJidiéndoles le facilitasen con la brevoc.ad ~~~~\ 1 ~;~~~ 11 posible el que _a bautiiase:in. No es pon- derable el conEuelo espiritual, que cansó 'aquella noticia en las almas de los c~ue con tanto anhelo lo habían solicitado Y habiendo llega3.o poco después á la c:1sa nuestro Bernardi:c.o con su compafi:::ro Fr. Gregorio, luego que los sintió la recién convertida, salió alegre á d:nle gracias á su bienhechor, y con tiernos solloios le decía á su ama: Señora este mismo era el que yo ví hincado de redi– llas á los piés .de Nuestra tlefio:-a. Dió gracias Berne.rdino á la Virgen Santfsi– ma por la misericordia que había frrn– queado á aquE>lla criatura, tornó con más empeño el catBquiiarla é instnirla en los misterios de nuestra católica fo y mm vez instru'.da en aquellns cosas que son precisas á loR que en edad ar:clta se bautiian, y señalado el día pa~Ec la SuBautismo, función, se h:zo con pompa magnírlca el bautismo en el que le pusieron ;ior nombre María de Gracia, la que vivió de allí en adelante s.ant&mente: con lo cual queda evidenciado cuán grata era á la Reina ciel Cielo la devociór, (fo 11u,estro Bern,ardino,

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