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- 141 - ~~~~~:S.--:.5>:S.-~~;' · río para los negocios que se ofrecían en ella tocantes á su jurisdicción. Hecho el Capítuh, se partió para Madrid y llevó consigo al P Serafín. Hizo la petición á Su Majestad, dejó todo el cuidado de ella al P. Serafín y se pasó á visitar la Pro– vincia de Aragón, nombrándolf' su Co– misario General. en caso que surtiese buen despacho el negocio que le deja!Ja encomendado, para que con la fundación del Convento de Madrid diese principio á la nueva Provincia de Castilla y An– dalucía. Después de muchas dificultades, obtu– vo el P. Serafín la licencia deseada, y se hndó el Convento de Mndrid, como de- Fué muy es~ · · · 1 , timado de 1 Jamos dicho en el Capitulo IV. de esta Re Y Felipe Crónica, y desde entonces fué u,1 perso- III. · · 1 c, d E naJe importante en a orte e 1 spaña; mas, para que se vea la inconstancia de las honras mundanas! unas cartas que escribió le privaron de la amistad del Rey Felipe lII y lo llevaron semideste– rrado á Alicante, lo cual creemos que Dios permitió para purificar su cora– zón de los afectos que se le pudieran haber pegado á las muchas• honras que había recibirlo deutro y fnera de la Re– ligión. ~Lkgado á Alicante se halló tan itnpe- dido que sólo ayudado de uuas mule– s a 1 e de la tm; iba todils las mañanas á la Igle- corte par a . . Alicante. sia donde oía todas las M1·.v ,, y co- ruulg,iba. Estuvo así un año entero, en el que vió que siendo el último de su vida, le desembarazó Dios de los negocios

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