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118 -- cosa que él había repugnado; y entregan– do después á los religiosos carta suya para el R. P. Iluminado, los desp,whó y salieron para Castilla. (Id. ;'i9.) Vueltos á Madrid los dos religiosos con la respuesta, se hizo una junta en la celda del P. Fr. Serafín, sobre la contestación del P. General, y pronto se hizo r,úblba la sentencia dada contra el P. Fr. Ju:i.n D t· 1' • es• 1erra a de Villafranca, que era enviarlo des~e- P. Villafran~ rrado á Francia, corno después de algu- ºª· nos meses se vió en la ejecución. Detú- vose algunos días en la Corte el Padre Iluminado y luego salio á visit9.r los conventos de Andalucía: cuando lle- gó á Granada, intimó al R. P. Grunci:ín Fr. Juan de Villafranca la orden je ::pe partiese á Marsella, cuyo mandato ejf'cu- tó pronto el R. P. Juan, poniéndose itln dilación en camino. Mientras el P. Iluminado estaba en Andalucía, el P. Serafín conocirnd,) lo exasperados que estaban los ánioos :le los religiosos y lo justo de sqs quej~s, . quiso enmendar su primer yerro, ¡:ara captarse también con esto, las voluntades de los religiosos. Valiéndose pues, d3 la h 6. lR t a ElP.Policio mue a con anza que con e ey e:::i.a, habla al Rey. resolvió hablarle á S. M. sohre e~ ascn- to, informándolo del general desccnsuelo con que los religiosos vivían por el ir~e- gular proceder que tenía en su gobier:10 el P. Iluminado, de lo que se podían te :r.er fatales consecuencias, corno ya se empe- zaban á experimentar con el destierro de estos Reinos, con que había sido castiga- n

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