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-116 - ~~~~~-:.s:- podrfan lograr el cumplimiento de st:s deseos, que eran erigir la Custod~a en Provincia y tener Provincial Eerañol. Pareció á Ntro, P. General que 110 era tiempo aun de conceder la petición y así la negó deJ· ande de Comisario al Pa- Mutacii~n del ' " P. Ilummado dre Iluminado y rnarchaudo él á pros:i- guir su visita en las demás Provbcia.:s. (Id. 213.) Así que el P. Iluminado se vió asegu– rado en la posesión de su cargo, cayó en la tentación de castigar á los religiosos que se habían opuesto á su entra,:.a en la Custodia. ¿Quién no tiembla viendo á un varón tan justo caer en la tentacicn de vengarse y e,lmeter verdaderas :njU3- ticias? No es nuestro ánimo desenterrar del polvo del olvido los desmanes de su corto gobierno ni lo mal que trató á cier– tos PP. según escriben nuestros antigu•)S cronistas; pero sí diremos algo de su cm.da para que sil'va de escarmiento y lección á los venideros, advirtiendo que nada ponemos. de e:osech,1 propia, sino copiado de los cronistas qu0 citan al fin ele cada párrafo. Luego que el Rmo. P. General se ~u– sentó de Madrid, nótóse en el P. Iluoi– nado una mu:ació~1 extraña: su ma:ise- dumbre se trocó en ira y sus expresiones Mue~tr!l' su re- d . _ d . · . sent1m1ento. e carmo en esprec10s; por motives r'ffJY leves prorrumpía en palabras y ac :cior.es llenas de indignación, que ocasicnann hartos des.aciertos, espe0ialmente :;ontra los que habían concurrido con su vo;;o, ó diligencias i)ara :mpedirle la entrada.