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- 111 - ~~.:.s.- de Lerma, informase de todo á S. S. para que (si le parecía conveniente) lo noti– ciase al Rey. Ejecutó el R. P. Fr. Juan L 0 comum- su encargo y al oir el Duque la aflicción can la R. O. , de sus religiosos, fné de dictámen que los dos pasasen á informar al Rey, quien, deseoso de favorecer á sus Ca puchinos, expidió luego un Decreto, por el que mandaba al M. R. P. Fr. Iluminado de Messina, que, no entrnse en su Corte; sino que, desde el lugar donde su orden se le notificase, volviese á Italia. (Id. 53,) Obtenido este despacho, se aquietaron los ánirn0s de los religiosos; y se fió la diligencia de la notificación al P. Fray Juan de Valladolid, encargándole to– mase con cuidado el camino de Cartage– na pues se sabía que había de entrar por aquel puerto. Marchó el P. Fr. Juan con la brevedad posible; pero el R. P. Ilumi– nado se adelantó más de lo que sediscu– rría, y así lo encontró ya bien cerca de Madrid, y allí le notificó la órdeu que llevaba de S. M. El R. P. Iluminado, con singular serenidad de ünimo dijo, que obedecía pronto; pero que hallándose ya tan cerca de la Corte, y que el negarle en ella la entrada. era en cualidad de Comi– sario General, renunciando, como desde Entra en Ma- lueg~ lo hach aqt~el car~c~er, le suplica?ª ii:ri.d como r~- lo de,1ase prosegmr su vrnJe, corno á fraile hg1oso part,- • l F . d' • cular. partteu ar. ne con tanto ren 1m10nto y religiosa modestia hecha esta súplica, que movido á ternura y fraternal caridad, el P. Fr. Juan de Valladolid, no tuvo alien– tos para negarle lo que con humildad

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