BCCCAP00000000000000000000605

V pero estas fuentes se agotan pronto, porque el que trata de la fundación de Granada, que es el más voluminoso, no alcanza más que hasta el año 1722 en que murió el venera– ble P. Feliciano de Sevilla, con cuya vid,, termina; y des– pués uadie ha continuado la historia, al menos en dicho libro, que tiene casi la mitad en bla1JCO. Cuando citemos algunas de estas Crónic:rn conventuales lo haremos así: P. Cord. Cron. de.... N.n.... porque es de advertir que estos libros no están divididos en capítulos sino sólo en párra– fos que llevan al principio el n.o que les corresponde. Estos residuos que se Halvaron del naufragio de la revo– lución, han sido olJjeto de mi eonst:mte estudio en el breve tiempo que me han dejado libre los trabajos del ministerio sacerdotal; en ese estudio he cot8jaclo manuscrito con ma– nuscrito, algunos de letra casi ilegible; he confrontado autor con autor y cronista con cronista, adquiriendo la certeza de que alguno escrilJió con mucho descuido, y sin sujeción alguna á la crítica histórica, lo cual me ha obligado á recti– ficar fechas y sucesos para poner ácula uno en su lugar. Unas de las cosas que dieron márgen á esas equivocacio– nes de fecha y confusión de sucesos, fué precisamente el nombre de Provincia Capiichina ele Castilla y Andalucía, que se dió á la Provincia ,,ndaluza y á la castellana, mientras es– tuvieron al principio unidas entre sí, formando una sola; y para evitar esas confusiones á que ha dado lugar dicho nombre que resulta equivoco después de constituidas am– bas en provincias independientes, me he servido de otra palabra, que será si se quiere un neologismo, llamando á la dicha provincia antigua Casielo-Bética, nombre que significa una cosa distinta de la Provincia ele Castilla y de la Pro– vincia de Andalucía, como en rigor lo era la que llamamos Castelo Brtica, lo cual justifica el empleo de este neologismo, como á su tiempo veremos. Advierto además á mis hermanos los religiosos de la provincia Bética, que al tomarme este trabajo tan sobre 1nis fuerzas, no me propuse solamente darles á conocer la histo– ria de nuestra Madre común, la Santa Provincia de Anda-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz