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-106 - que allí le traían una reliquia del ?adre Francis:;o de Sevilla. que se encomenda– se á él con fé :,- confianza, que por sus m.!:ritos le dana Dios salud. Tomó con sus manos la reiiquia, veneróla como de santo y aplicándola á su rostro se quedó Cura_ción re- d 'd A d , 1 'd' pentma. con ella orrm o. guar o e rr..e 1co que despertase, hízolo al eabo de dos horas, llamando alegre á prisa á su mujer q_ue le ._'Eese su ropa para YE:stirse y leva~ltal'Se porque estaba del todo bueno; que el P. Franciseo le había al– canzado la salud. Quedaron todos igual– mente alegres _y- admirados de ver vivo al que ya llore.han por muerto: él pedía á prisa de vestr para levantarse, y lo hu– biera hecho á no hallarse allí el médico que le detuvo que no lo hiciese hasta al otro día, que se levantó sano y bueno como si no le hubiera pasado mal algu– no, dando gracias á Dios y al P. Fran– cisco: confesando el médico era m:lagro- . sa su salud, y con más veras el Caballero que la experimenta ha y gozaba entera- En la mism:l Ciudad de Antequera, estaba 1:nfermo un mozo de edad de diez y siete año2, hijo de unos vecinos de la misma Ciudad: tan grave que los médicos desco.:1fiados de su vida lo ha– bían desahuciEdo y hecho le diese::i los Santos Sacramentos. Su mismo padre Otro prodigio fué á nuestro Convento por Retgiosos Pª:ª que le ayudasen á bien morir, qmenes acorduon llevarle el maLto del P. Fra:1cisco, confiados que l!egiindoselo á pomr le ha-::>ía de alcanzar de Dios

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