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l\fcerel :::;anta• n1ente, - 103 - -:.s.--:s:-.s:<.s:--:.s.-~-:.s.-~~:s les había ocasionado con su enfermedad; suplicó al Superior que le concediese un hábito viejo para que sirviera de mor– taja á su cuerpo, y se despidió tiernamen– te de todos los religiosos, cuya amargura y llanto daban bien á entender la mucha estima en que tenían al V. Padre. Cum– plidos estos deberes religiosos, se entre– gó á la contemplación, aguardando el venturoso momento en que Dios le lla- mara al cielo. Fué este al obscurecer del día 27 de Hiló hora i:in que se durmió dukemente en los brazos del ángel de la muerte, des– perlando allá en la mansión de las eter– nas delieias, entre los espíritus angélicos y los bienaventurados y ante la augusta p_resencia de Uios y de la Virgen Sant í– suna. Lnegn que espiró mandó el V. P. Fray Sever,,, qne era Guardián qne no do– blm:e la campana por evitar la con c111Tüm'.Ía del pueblo, solo sí avisó á nue,-:tros singnlarísimos devotos los sefio– res D. Jerónimo Matías de }fojas y~dn– flH Mnrü( ele flojas su mujer; pero no hizo falta o! aviso de la campana porque muy ;;;'~~'.:ª "; 1 '~,~: lnogn s~ supo en t~da_ la ciudad l_a muer– ct,\ver.· te del siervo ele D10s, y todos á impulso lle la veneración y concepto de santo en que lo tenían vinieron presurosos á tener ,~! eonsuelo de ver su cadáver. Quedó és– te qne más parecía el de un tierno infan– te vivo, que de un hombre difunto que vivió mortificad0 con:ayunos y ásperas penitencias. La mañana siguiente se des-