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- 95- ~&~-:S:-& modo que no pudo permanecer mucho tiempo en la presidencia del convento de Granada, pues le eran muy nosivos los intensos fríos de aquel clima; y así pidió al superior mayor que le relevase del cargo y lo trasladara á otro con– vento. Por esta razón el M. R. P. Comisario Va á Ante· G 1 b :¡ p 'd 1 quera. enera , nom ranc o por - res1 ente a P. Fr. Bernardino de Quintanar, á quien sometió el cuidado de aquella fábrica, envió obediencia para que nuestro vene– rable P. Fr. Francisco pasase á Ante– quna por ser clima menos rígido, la que recibió gustoso, porque muchos días antes le había Dios revelado que sería esta la ciudad donde había de morir. Salió el varón de Dios de C+ranada pa– ra Antequera por Diciembre del aílo de l 614; pero como el fuego del amor de Dios y del prójimo que en sn corazón ardía era tanto, no pudieron los hielos del invierno resfriarlo, y así luego que llegaba á los pueblos en que había de hospedarse, se iba á las iglesias á pre– dicar, pues solo en buscar el bien de las Predi e a en almas de sus prójimos era en lo que ci- 1 os pueblos fraba todo su descanso. Predicó en Santa riel tránsito. F, L · , l 'd ¡ J f , , e, en OJa, y en 1-1-rc u ona, ( onne · ue tanto el fruto que cogió, que muchos años duró la memoria de algunas con– versiones que en ellos hizo En Antequera predicó hi cuaresma del aílo 1616, con igual fervor que el que hasta allí había manifestado en su apostólico empleo; por cuya razón no