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-85- ,en la Introducción, Guardián ge Monteaalvado y d'e los :prindpa1es comt<entos de aquella Provincia, .alguna vt:z Defüüdor Provincial y Oustodio para el Capítulo General. E:U. su gobierno se mostró muy celoso ,por el ,¡:mn– plimiento ,exacto de la Regla y Constitudoú.es, así c9mo también en las búenas costumbres de la Or– ·~:1'en, en especial. de aitjuellas que a1tañían a nues,tra· aust,eridad tr,adidonal. Entre lo que mayor cuida– <l'o ponía ,era el que los 11e1igiosos excusasen sus salidas del convento, prohióiéndolas en lo posible, ..a fin d-e que con el rdiro pudiesen ade1antair más fá– ~ihnen:te en la pedecdón. Para consigo mismo era austero ¡y penitente, y en todas l,as cosas de su uso muy :pobre; mas con los slÚhditos, sobre todo si es– taban. ,enfermos, mn¡y caritativo. 1 • Su muerte acaedói en el convento de Montecail– -nario (Barcelona) en el año r6oo. XIII. Fr. Silvestre de Zamora Tomó el hábito en una _de las provincias de Ita– lia, no sabemos en qué fecha, ni tampoco cuándo pas6 a Cataluña; sófo sí,que lo verificó poco después del P. Juan de Alarcón, époc:a en ,qrue ena ya de ,edad avanz,ad.a. E,ste santo religioso, de quien hace honorífica men– ción Boverio (r), durante su permanencia en Bs– pañ:a, no obstante su andania.ad y extr,ema debili- (1) Boverio-Moncada, p. III, pág. 468.