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- 72 - las futuras fun4aciones. En virtud'. de esto nuestro P. Juan tuvo qrµe suspender 1a fundación que con tanto cariño había tomado ( r) . En medio de tantos trabajos por propagiar La Or– <len, y no obstante l~s continuos oficios que des– emp,eñió durante casi toda su vida religiosa, que ,le obligaban a desvelarse en su cumplimiento, siempre se conservó recogido, devoto, humilde, austero, pe– ni tente y fervoroso, d,e tal manera que jatnás se dis– pensaba de asistir a los actos y ejercicios de la Co– munidad, y :aun añadía otras oraciones a las pre– ceptuadas. Virtudes fueron estas que, juntamente con su aspocto venerable y singular gracia en d'es– paohar los negocios, le hacíian muy estimable, así a .la gente ordinaria, con quien no se desdeñaba en ·· trabar, oomo a las autoridades del Condado, al se– ñor Obispo, Inquisidores y Virrey, todos lós cooles con frncuenda le consultaban en los diversos asun– tos que se les ofrecían en sus cargos y siempre .a satisfacción de todos. Su vestido y ajuar era de lo más pobre ~el con– vento, en conformidad con los sentimientos de hu– mildad y desprecio de sí mismo que le animaban, cuya prueba más patente era el no desdeñarse en ocuparse en los oficios más bajos y humildes y en lavar los platos y otms ejercicios semejantes, aun en el tiempo que era prelado. A esta medida afli– gía su cuerpo con dura penitencia: en más de seis años no usó sandalias, a las disciplinas de comu- (1) MS. de Arenys.