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-70- Po:r este tiempo el P. Juan, que ejercía el oficio. <le Comisario _de la Provincia, en el Capítulo con– vocado el año 1596, fué elegido Ministro Provin~ cíal. Revestido de nuevo con el poder y viendo que la fundación de Vallencia marchaba práispe:ramen– te, envió allá siete religiosos, a quienes dió las tra– zas del convento, y cuyos nombres son: P. Hila– rión de Medinaceli, a quien nombró superim; P. Bu- . ~nio 9,e Oliva, primer Ministro Provincial de Va– lencia; P. Semfín d'e Policio, an<lia.ndo el tiempo Co– misario General de Ciastilla; P. Gregorio de Valls, Fr. Severo de Luoen:a, corista, y los hermanos le– gos Fr. Narciso de Denia y Fr. Pedro de Perales. Poco despúés volvió a enviar más religiosos, entre los que figuran P. Buenaventura de Alhama, ·Defis. nidor por iaq:uel tiempo; P. Lorenzo de Mallorca~ P. Serafín de Játivia, P. Ignacio <le Monzón, Fray Juan Bautista de Sahagún, corista, y Fr. Mamo de Maera y Fr. Juan de Pontniaiyor, legos. Una vez llevada a cabo la fundiación de Valen– cia., pensó hacer otro tanto en Aragón, a cuyo in– tenrto se ofrecieron graves dificultades ( 1), tanta& o mayores que en aquélla: reales órdenes, previnien– <lo al Arzobispo de Zaragoza y al Excmo. Sr. Virrey -en contra. de los capuchinos, juntamente con va– rios enemigos declarados que escribían a la Corte paria iruved'ir la fundadáin. Pero de tal manera el P. Juan supo manejarse en estas circunstancias, que– bien pronto vió los ánimos, antes hostiles, inclina- (1) Boverio-Moncad'a, p. III, pág. i74.