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.,prude.ncia, austeridad y pobreza. La naciente pro– vinciia ·!le Oatahilia le deb16 a· él casi toda la ex– ;pansi611. P 1 ero 110. sólo se limitó a extender fa Or– den por todo el Condado, sino también dirigió su .actividad :a Valencia y a Aragón, _dond'e v16: coros nados sus desvelos con feliz. suceso; En ,la fundación de Vialencia, 001110 nos advierte Boverio ( r), se encontró 0011 gmndes dificultades, que le eran casi imposible superar por sí so1o. Pues, aparte de los pocos religiosos con que contaba, dado .el númern de conventos qrue tenía: ya fundados .Cataluñ!a, se halló con que el rey Feli¡pe II, maJl in– formado, ,escribió al Excmo. Virrey' de Valencia :a fin de que no admitiese a los capudünos, prohibi– CÍQn que se le volv1ó a intimar c111ando dklho señor por su parte intentó informar .a nuestro favor. Eln vista. de semejante oposición, nuestro P. Joon no se desalentó, antes bien, contand'o con el auxilio divino, se dirigió al entonces Patriarca de Antio– quíia y Arz.obispo de Valencia, el Ilmo. Sr. D. Juan pe Ribera, célebre por su virtud y piedad, quien te– nía mucho valimiento ante el Rey. Merced a tiau v.allioso protector, todas las dificultades fueron dle$– apareciendo, ry el año 1597, a 7 de marzo, se puso la ,primero piedra del convento de Valencia, con asistencia del mismo señor Arzobispo, quien donó el terreno y con sus limosnas contribuyó a termi– nar La. obra. (2). (1) Boverio-Moncada, p. III, pág. 239. (2) BuU..Cap. t. V. pág. 33r; MS. Fu11daeión de Valencia.