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- 34- VII. Fr. Antonio de Toro Boverio en sus Anales (r), correspond'iente al año 1597, nos relata 1a, adm~rable vida de este religio– so. Ya el Analista se qu,eja d,e los pocü\S datos que encuentra de su vida. Fué Fr. Antonio nacido de humilde cuna, y:~ sus primeros años ejerció el hu– mi1de oficio de pastorcito, llevando una vida más angelical que humana y siendo vivo ejemplar de to– da virtud a los ojos de sus compañeros, en tal extre– mo, que en su presencia se g,uardaban mu¡y bien de deciir cualquier palabra que desdijese d'e la hones– tidad, sabedores que contaríian al momento con la duke reprensió111 de su virtuoso compañero A los diez y seis años ingresó en 1a Orden en ca– lidad <le hermano lego, tomando al parecer el. há– bito en la provincia de Palermo, al menos, como morando en ella nos lo presenta. •el Cronista. Brilló por su abstinencia, aastidad, humildad y desprecio de sí mismo, oración y contemplación, virtudes to– das que hacen tan amables a tod'os los de su pro– fesión. La obediencia en los primeros años de •re– ligioso le encomendó- el oficio de hortelano, lo que le sirvió no sólo .para mortificar su cuerpo con el a,uro tmbajo, sí también para templar su espíritu en el ejercido de la humi1dad, obediencia y oasi continua oración, procurando así cumplk a la letra el consejo que nos da el Seráfico Padre en la Regla ' (1) Boverio-Monooda; parte III, lib. IV, págs. 26o~ 263.