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chos con lisonjas, con dá9.1vas, con humildad fingi– ga, con afabilidad y chismes, buscándolos por arri– mo del ministerio: y de allí nacen los bandos y di– sensiones qu~ se levantan ,en las provincias e intro– <lucen la semilla de todos los males en la Orden. De tajo esto te aconsejo, oh Padre, que te des-· nudes, paira llegar puro como·convien~ al oficio que dices, y que en él solamente atienp.¡as a Dios y a la honra y gloria suyaii ( 1) • Por- el tiempo que permaneció en el convento de Monte Policiano, fué cuando el Señor le favoreció con muchas revelaciones referentes al estado y por– venir de la Orden Capuchina y lo grnto que le era a sus divinos ojos. De ,estas revelaciones daremos al lector una breve noti<::ia en el Apéndice I que irá al fin de este tomo. Además sle estas revelaciones, tuvo el siervo de Dios otras muchas, principalmente, en el convento de Carc,erelle, de Asís, en donde moró, por algún tiempo; pero de éstas num::a quiso !hacer manifesta– ción alguna, por habérselo mandado :así el Señor. Hada ya mucho tiempo que el :;i.lma del P. Juan :ardía en d'eseos de padecer martirio por Cristo, y estos deseos iban encendiéndose cada día con más ardor, suspinando de continuo por el momento en que pudiese ofrecer su vida en sacrificio y derramar toda su sangre por Aquel que, por amor nuestro, la derramó, toda en una cruz. (r) Boverio-Moncada, parte III, lib. XI, págs. 476- 477.