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-.,21 - .mayor perfoociólll, pidió li9encia para pasarse· a la Reforma de los PP. Descalzos, en donde oomenzó a llevar una vicla del todo celestial. Su, trato y comu– nicación con Dios por medio de 1a omción eran con– tinuos, y su mortificación ty abstinen~ia tan riguro– sas, que no se alimentaba nada ruáis que de pan y ,,de un poco de oald'o que tomaba una vez al día. Fué sie1J:1;pre muy celoso de 1a santa pobreza, y ,en tanto ,extremo, que nunca quiso admitir una con– .siderabl,e limosna fija que su padre ofreció al con– vento en que residfa, temienclo el siervo de Dios que aquella limosna que su, padre hada al conviento, por morar allí él, tuviese alguna razón <le renta; y por esta oausa y para alejarse más de su famfüa, dejó -el convento &e Valladolid y se f•u,é a la provincia de San Gabriel, en la •oual vivió por espacio de cinco o seis años. Conociendo bien prdnto los Superiores de la Pro– vincia de San Gabriel su mucha virtud y pedección, le encomendaron el gobierno de un monasterio <le monjas, en que moraba una de muy elevada santidad y mulY favorecida de Dios. A esta religiosa pidió Fr. Juan que le encomend:ase al Señbr en sus oracio– nes y le suplicase 1e diese a entender cuál era su 'voluntad santísima acerca del lugar en que quería le sirviese. Habiéndolo hecho así la monja por niu– -chos días con gran fervor, e1 Señbr ,le reveló que em su voluntad se fnese a Irtalia y allí entrase en la te– Jigión de los Capuchinos. Tan pronto como conoció el si,ervo de Dios la voluntad de Dios, sin detener~ un momento, se puso en camino para Italia, y ett