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- 17- éxtasis; donde su espíritu se abrasaba en celestiales ardores. Por ,estos medios publicaba Dios mismo lo grato que le era la virtud <:le su siervo~ Así que en lle– ga~ido a Fosambruno el.virtuoso P. General Fr. Ber– nardino Astense, que por, entonces hada. la visita ·de la Marca de Ancona, bien pronto llegó a sus oí- , dos la fama de santioo·a de este religioso y compro– bó con su conv~rsación y trato farnili:ar que aquélla conespondíia a 1a realidacL En virtud de este 00110- cimiento, en que se habían compenetrado aquellas dos almas tian semejantes en las virtudes, el P .. Gene– ral rogó a Fr. Juan qrne encomendase a Dios el es– tado de 1a Religión, procuirando entender de su Majestad qu~ hiabía en ella que corregir, q,ué ade– lantar o qué disponer. En. cumplimiento de esté mandato, Fr. Juan en sus continuas oraciones hi:w pre!sente al Señor sus · deseos, rogándol,e con fervientes 14grimas fo mani– festase su voluntad y accediese a sus súplicas. A lo que el Seí'ror, haciéndose propicio, le dijo: ccAilnque me agrada mucho el estado de la Religión, es 'nece– sario que se guarden los fnailes de tres vicios que me son sumamente odiosos. El primero es la ingra– titud de que les conviene huir con grande cuidlado y no olvidarse, como 1 hacen algunos honibt'es, de los beneficios que cada día reciben de Mí, sin 1 recono- . cerlos, alabarme ni darme gracias, que •es un vicio torpísimo, aborrecible ,en extremo a mis ojos y que cierra ·el paso a l,a corrie11te de las giradas y favores .divinos que deseo derramar en la tierna perpetua– mente. EI segund'o es :µ,na :flojedad, remisión y ti- 2

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