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Y aunque en sus almas Uevan al Dios vivo, :Niño lo buscan, de su amor heridos, E111tre parientes y entr,e conocidos, ,Con dolor ,penalísimo, excesivo. Y no lo hallan, dándonos ejemplo, Jesús, de que si hallarte d,eseamos, No entre carne y sangre te busquemos. Y, pues tu Mad,re .purísima en el templo Lo halla, también nos verte podremos -Si en las cosas de Dios nos ocupamos. (Pág. 186.) Al Niño Jesús en el templo j Oh qué d'ukes saetas se tiraron De amor el hijo y madre lastimada ·Cuando de lo buscar lleg6 cansada Al templo do sus ojos lo encontraron! No disputando, o doctrinando, hallaron La infinita Sapiencia disfrazada Con pueriles miembros y ocultada A los que en sus respuestas se admiraron; Mas con muaha humildad escucha el Niño, Y con prudencia, a vece:s, les pregunta Como quien doctrinado ser desea. ¡ Oh Cordero más blanco que el armiño ! La lata humildad, que ese silencio apunta, Dad, que mi alma siempre imite y lea. (Pág. 186.)

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