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pág. 472-487, hace alusión a dichas revelaciones en la pág. 368 y las copia en la pág. 380 ia 390 de la misma primera parte. El P. Bononia cita otros au– tores que tratan también de ellas. Las aludidas revelaciones las tuvo el P. Juan de Medina del Campo, al decir de Boverio, por los años de 1543 y 1544. Como no hemos visto la obra ,original, pondremos aquí algunas, tomándolas ·de Boverio-Moncada, aunque dejando para la crítica histórica el juzgar de su autenticidad. Nos parecen muy edificantes. <(El Santo Varón:, nos dice Boverio, para obede– cer a su General, se retiró a una celda solitaria y humilde, que hizo de lodo y ramas de árboles, apar– tada de las demás, donde con perpetuos a:yunos de pan y agua y con lágrimas no menos perpetuas, estuvo rogando al Señor que por su infinita mise– ricoroia le declar:ase el lugar que ocupaba en su gracia la Religión de los Capuchinos. En ,eSta pre– tensión insistió sin· ~esar, hasta que 181que11a bondad dementísima, que haoía determinado consolar la fa– milia pequeña, combatida de ,los vientos de las con– tradicciones, y sacarla a mejor esperanza de entre los qesmayos que la oprimían, se le .apaireció una vez en medio de la oración, y alumbrándole los ojos, no sólo del cuerpo, sino también del alma, con el resplandor soberano que traía consigo, le elijo Las palabnas siguientes: ((Pidiéndome estás, oh Juan, una. -cosa que tengo mucho gusto de deolarárte1a. Deseas saber cuánta gracia posee, en mis ojos la Religión d'e ~os Capuchinos y cuánto es fo que yo la amo. Ten por