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- 109 - costumbres. Después de _cl:os siglos, recuerdan en, muchos pueblos, ~orno cosas acaecidas hoce poco, las conversiones ,ruidosas y los prodigios obrados, por el P. Cambantes, ry su memoria se conserva con veneración. No se contentab1J1 el P. José de Carabantes con-. ,que los pecador,es lloraran sus pecados y s,e deste– rraran los abusos, sino también trabajaba p:ara que su conversión fuera sincera y permanente y :floa:-ecie-– ran las virtud-es cristianas en los ind'ividuos y en. las familias, para cuya consecución ,r 1 ecomendaba. eficazmente el Santo Rosario, el Vía-Crucis y 1:a fre– cuencia ,de Sacramentos. Bien conod,a nuestro Padre– J osé 1,a virtud y la -eficacia del, Santo Rosario rez:a- - do devotamente, cuánto agrada a ila Virgen Santí-– sima est•e ejercicio, y fos muchos ben,efidos que pOir su medio se obtienen. Para prncticar mejor esta devoción mariana, compuso oraciones y ofrecimien-– tos llenos de sentimiento y ternura, e incu1oaba so-– bremanera, que :al mismo tiempo que se ·reza vocal– mente se medite sobre los misterios que se ponen a la consideración.. Proponía el rezo del Santo Ro– sario como medio eficaz para obtener todas las gra– das: :a la madre que deseaba el -regreso de su hijo, ausente, al e1stud'iante que no podía aprender las. asignaturas y a 1os jó-v,enes que se sinti_esen con vocación para consagrarse a Dios, les exhortaba d rezo del Rosario, persuadido que por este medio• tan sencillo y ,fácil conseguirían cuanto ,pidiesen. Con ta1l eficacia. y buen éxito recomendaba en sus·. Misiones este ejercicio, que un <l.ocfo c-ontemporá-