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El valor de nuestro trabajo nos es demasiad.o conoci– do, razón por 1a cual rio nos hemos determinado a publicarlo sino, cediendo a las repetidas instancias, Y, esto únicamente con la esperanza. que él conduzca a conocer mejor el ,espíritu o característica que distin– gue a nuestra Orden, y /:1Ull a nuestra provincia de cas,– tilla, de. toda otra; característica que todo el .que se diga miembro <le la Orden Capuchina debe incorporar a su vida, debe vivir, publicar y defender y transfor– mar como en cosa de su propio ser. Esta característica, que en lengttaj e platónico se llama ideal, se manifiesta en toda sociedad por ciertas persuasiones, institucio– nes, reglas, tradiciones, ideas y maneras <le obrar que todo miembro tiene que proclamar, propagar y de· fender, amoldando su ser a ellas, para que se pueda decir que vive .el espírittt de dicha sociedad o comuni– dad, ya sea una nación, una :familia o una orden re– ligiosa. Venimos en conocimiento de semejante ideal y de s111s manifestaciones, estudiand'o la historia ae aquellos 9.ue son como sus representantes genuinos. Si, pues la lectura de estas biografías, mueve el ánimo de alguien a que haga nuevas investigaciones que esclarezcan el ideal capuchino, nuestro trabajo habrá llenado el fin y propósito que hemos tenido al darlo a 1a luz pública. De ello juzgará el benévolo lector. FR. ANDRES DE PAL:AZUELO, O. M. Cap. Madrid, Fiesta de la Inmaculada Concepción, Patronn de la Orden Franciscana, 1930,