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-gS- martirio _g,eil. amor consagrándose al servicio divino. Aumentando de d.ía. en dfa el deseo d'e hacer gran– des cosas por Dios, ideaba en su mente el m0lo de conseguirlo. Reflexionaba sobre el proceder de los Religiosos, quienes dan9,o u:n ad'iós a sus pa– dres, hermanos y amigos, y renunciando para siem– pr,e las riquezas y los plaicer,es, se encerralfan en el claustro, donde libres de los obstáculos que el mundo pone a su santificadón, se dedican exclusi- . v:amente a servir a DioS( y al negocio de su salva– ciÓ11. Siobre todo llamábanle 1a atención los Padres Capuchinos, los cuales con su larga barba y . burdo sayal, descalzos y con la cabeza descubierta, le cau– saban respeto y veneración y una secreta simpatía hacia tan venerab1es religiosos. :Muchas v-eces se decía a sí mismo: w¡ Oh, q_rué contento estaría si fue– :r.a Capuchino !n Conodendo que su corazón no ha– llaba sosiego y alegría sino cuando pensaba que él ·también sería iClapuohino, encomendó el asunto a la Virgen Santísima, haciendo en su honor, para más obligarla, nuevos obsequios. La Reina del Cie– lo no se hizo esperar; bien pronto le dió a conocer que debía ingresar en una Orden r-eligiosa que re– conoce por su Patrona a la Madre Dios, bajo ,el simpático título de su Inmaculada Ooncepcihn, pre– ciándose todos sus individuos de ser entusiastas de– votos de María Inmaculada. Es indudable, oomo o.ioe S. Ligorio; que nuestra salvación eterna depende principalmente de 1a elec– ción ae estado, la cual, en eXJI)resión del V. P. Gra– nada, •es como la rueaia maestra de toda la vida.

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