BCCCAP00000000000000000000600

82 Lo portentoso del P. Esteban de Adoain Hablando desde la cátedra del 3spíritu Santo sobre el dogma del infierno, observó que sus palabras no producían la honda impresiónque estaba acostumbrado a ver en sus auditorios. Escudriñó con serenidad si ha– bía alguna causa externa que robaba la atención del público. Vió sonrisitas dibujadas en algunos rostros , Y... descubrió la causa ... En ocasiones semeja-ntes solía tener arranques im– provisados que producían conmoc~ón formidable. Aquel día exclamó con voz de trueno: «Señor: ¿no mostrarás ahora una chispa de aquel fuego que tienes preparado para los réprobos? ... » . En aquel mismo momento _cayó una chispa eléctrica cerca del umbral del templo. Ya se deja entender el efecto que causó eri la muchedumbre tan _inesperado suceso, toda vez que la atmósfera estaba diáfana. Pero el terro; n~ tuvo límites cuando vieron que el rayo dejó carb0nizados a dos jóvenes de diferente sexo, que se hallaban en actitud escandalosa, .y burlán– dose de la piedad de los fieles . Ellos dos eran la causa que distraía la atención _de todos. El Padre Esteban hace constar en su Cuaderno· Se– gundo de apuntes de misiones, que el Señor Obispo, de acuerdo con la autoridad civil, privó a ambos de– lincuentes de sepultura eclesiástica. Llanto general, .voces• de compunción, g.ritos pidiendo confesión siguieron a esta tragedia. (Actas del Proceso diocesano de Beatific. folio 1.092).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz