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68 Lo portentoso de l P. Esteban de Adoain bres de aquel país sin acercarse 2. los santos Sacramen– tos, renunciando a s:;.1s sentimien:os de odio y de ma– tanzas (Cronicón, p. 172). No fué de menos importancia lo ocurrido en San Salvador, capital del estado de El Salvador. Estaba preparada la revolución para el mes de mayo, de 1865, debiendo estallar el día 14 a media noche. El presidente Don Francisco Dueñas, tenía noticia de los preparativos, aunque ignoraba la fecha del ~lza– miento. ·Pero apenas podía hacer nada para evitarlo, porque se hallaba sin municiones y sin recursos y no podía contar con la lealtad de los jefes y soldados. _De acuerdo con el ·Obispo, llamó al Siervo de Dios. Este no se presentó como un :.ntermediario político, sino únicamente como misionero. El día 1 de mayo llegó a la capital. Cbmenzó sus predicaciones. inmediatamente. A los pocos días hubo que levantar -un púlpito en la piaza, por lo extraordi– nario del concurso. El día 14, a la noche, llamó r:mcho la . atención del predicador el espectáculo que ofr,3CÍa ia plaza. Nutridas columnas de hombres se extend:an en todas direccio,. nes sin dejar lugar a las mujeres. . Eran los que habían llegado de otros pueblos y s_e habían sumado a los rebeldes pan dar el golpe aquella noche en la plaza misma. Pero acabado el sermón, en lugar de dar el grito de guerra, aquellos hombres so] ooaban pidiendo a Dios

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