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. \ por el P. Gumersind-0 de Estel-Ja 47 dos. Unas veces queda suspendida la actividad de los sentidos, externos.; a veces esta suspansión alcanza tam– bién a los sentid~s internos, siendo en este caso infusas las especies inteligibles. (La Vida Espiritual A. Meynard. Vol. II, p. 331). . La vida de misionero no fué obstáculo en el Padre• Esteban para una vida interior muy intensa. Ciertos he– chos demuestran que poseyó el don de contemplación. Nunca se dispensó de las tres horas íntegras de me– ditación, reglamentarias en los conventos capuchinos, ni cuando regresaba fatigadó de sus predicaciones. Pe- ro además era: hallado en el coro a cualquie; hora dé día y de noche. Su meditación era tan profunda, que parecía estar fuera de los sentidos. Nunca se íe vió bus– car postura cómoda, usando asiento en el coro. Parecía insensible a las picaduras de los . mosquitos. que abun- - daban en América y en Andalucía; y: q~e en los demás religiosos eran un grave obstáculo para meditar con sosiego. , En la oración y contemph1ción 1ecibió muy señala– dos favores .sobrenaturales. RESPLANDORES MISTERIOSOS.-Durante la enfer– medad que sufrió en Sanlúcar y de .la que murió, solía abandonar el lecho casi diariamente a las tres de la tarde; y sentado en una banqueta, escuchaba un párra– fo sobre ·1a Pasión de Jesús que le leía Fray Antonio de Antequera. Después quedábase el Siervo de Dios solo, .

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