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38 Lo portentoso del P. Esteban de Adoain cementerio conventual, y separado, por consiguiente de las demás -sepulturas, quedando cubierto con una hermosa lápida de mármol blanco. X SU FAMA DE SANTIDAD La fama de santidad de que gozó el Siervo de Dios durante su vida no se desvaneció con su mu_erte; se ha mantenido viva en el pueblo lo mismo que entre Reli– giosos y príncipes de la Iglesia. Es consolador el espec– táculo de devoción universal que cada día va en au– mento. Hemos visto gran ni'.,mero de reliquias suyas guar– dadas muy cuidadosamente en varias ciudades. El día 25 de Abril de 1898 el Muy Rvdo. Padre Fran– cisco de Castro y el Muy Rvdo. Padre Ambrosio de Valencina 'en presencia de varios testigos abrieron la sepultura del Siervo de Dios y sacaron varias reliquias insignes. De éstas he visto algunas en Sanlúcar y en Antequera. Las más importantes se conservaban en po– der del Rvdmo. Padre Joaquín de Llevaneras, que las guardaba en el Colegio de Capuchinos de Lecároz. Hoy se hallan en poder del Padre Vicepostulador de la Cau– sa de Beatificación.